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¿Puedo yo practicar yoga?

esta pregunta se la hacen muchas personas cuando se interesan por esta milenaria disciplina, creyendo erróneamente que para hacer yoga es necesario ser fuerte, esbelto, tener una flexibilidad y una elasticidad propias de gimnastas olímpicas. Pero nada mas lejos de la realidad, el yoga pueden practicarlo los niños, jóvenes y mayores, personas de cualquier complexión física, con mayores o menores aptitudes para el ejercicio,..., resumiendo, prácticamente todo el mundo.

Pero quien mejor para aclarar dudas sobre este tema que un experimentado profesor como José Antonio Cao, profesor certificado del método Iyengar quien ofreció esta magnífica entrevista a Jordys González. Aquí os la dejo, disfrutarla.

Jordys González (JG) - ¿Quién puede practicar yoga y quien no puede practicar yoga?

José Antonio Cao - El yoga lo puede practicar casi la totalidad de la humanidad, hay una parte muy pequeña que estaría excluida de la práctica del yoga y básicamente serían aquellas personas que tienen grandes disfunciones cerebrales, problemas mentales más que físicos, porque el yoga se puede practicar incluso sentado o tumbado.

Una persona, no necesariamente necesita tener una figura, una forma física, o una preparación previa para entrar a una clase de yoga. Es cierto que también depende mucho la forma en la que se enseñe, pero básicamente, si un profesor es capaz de aplicar realmente el yoga a la persona, y hacerlo a su medida son muy pocas las personas que no puedan practicarlo.

Es muy importante diferenciar entre la persona que viene aquejada de una molestia y la persona sana, que viene a practicar yoga. En el primer grupo, que es el grupo, digamos… más delicado, siempre se aconseja que la persona haya visto antes, a un especialista que le haya diagnosticado su dolencia, que venga segura, avalada por un médico, para entonces poder ubicar a esta persona, a este alumno, en una práctica certera, que practique lo que realmente tiene que practicar y no lo que parece ser, que le va a venir bien.

JG - ¿No el síntoma, sino el problema?

José Antonio Cao - El origen del síntoma que tiene y el síntoma, que a veces es lo mismo y a veces es distinto. Si ya sabemos lo que tiene la persona y si ya la persona está segura de eso, su práctica será certera, lo que en ningún momento puede pasar es que el yoga se aplique mal, y que por supuesto genere resultados negativos, no tendría porqué.

Si la práctica se realiza siempre, seguida de la palabra de un especialista, seguida de la correcta información del médico, pues no tiene por qué haber problemas. Yo tengo mucha experiencia, a lo largo de muchos años de enseñanza y he visto mejoría en prácticamente molestias del cuerpo en general, incluso síquicas, cuando se trata correctamente.

Pero si ya no es una persona que tiene una dolencia, sino una persona que está totalmente sana, incluso en ese caso, el orden de práctica tiene que ser el que el profesor dicta, porque el yoga es un océano de información, tenemos yoga por todas partes.

JG - ¿Se puede perder un alumno perfectamente?

José Antonio Cao - Sí, de hecho una gran parte del problema es que el alumno se pierde, y que recibe tanta información que no tiene ninguna. Que recibe tanta información, a veces contradictoria, que se siente inseguro. Entonces, lo más fácil es confiar en el profesor, seguir el ritmo, y seguir el orden que el curso dicta.

Si está bien diseñado el curso y si el profesor es un profesor verdadero de yoga, no va a haber posibilidad de que esta persona no mejore, siempre va a tener un resultado positivo.





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Cada vez más personas en todo el mundo están empezando a practicar yoga por multitud de razones. Hay quienes lo practican para lograr una mayor conciencia de sí mismos y elevar el nivel de equilibrio y paz interior en sus vidas, otros lo utilizan como medio para liberarse del estrés y de las exigencias de las obligaciones diarias, mientras que otras personas lo usan como método de entrenamiento para mantenerse en forma y con buena salud. Cualquiera que sea tu motivación el yoga te ayudará a alcanzar los objetivos de salud tanto mental como física que te hayas marcado.
Sin embargo, encontrar tiempo para practicarlo puede ser un desafío y es aquí donde practicar yoga en casa se convierte en una gran opción cuando no se puede asistir a una academia de yoga.
 A continuación te ofrecemos 10 consejos que te ayudarán a practicar el yoga en casa:
1.       Encontrar un lugar tranquilo en casa donde dispongas del espacio suficiente para poder practicar las asanas sin que nada te entorpezca o pueda causarte una lesión. Mantén este espacio limpio y ordenado, la suciedad y el desorden no evocan precisamente la paz y la armonía que se requieren en el yoga.
2.       Dedica un tiempo exclusivamente para ti y tu práctica de yoga. Asegúrate que nadie te va interrumpir, el yoga debe practicarse con la máxima concentración posible.
3.       Comprométete con tu práctica de yoga. Trata de establecer un horario regular, en la medida de tus posibilidades, y se constante. El mejor momento para practicar yoga es por la mañana ya que la mente está fresca y el cuerpo está descansado, pero si por tus obligaciones tienes que practicar a otra hora hazlo cuando tu mente no esté demasiado agotada, ya que si la mente no está presente al realizar las posturas de yoga puedes incurrir en lesiones.
4.       No te sientas obligado a realizar sesiones largas, si te estás iniciando comienza con algo razonable, como 20 minutos, a medida que vayas avanzando tu propio cuerpo te pedirá que dediques más tiempo a tu práctica de yoga. Empezar es lo más difícil, comprométete a sólo 10 minutos y reserva un poco de tiempo para alargar la sesión si te apetece, que seguro que así será.
5.       Vayamos con cuidado, como dice el refrán más vale prevenir que curar, y aquí la mejor prevención es la prudencia y el respeto a nuestro cuerpo. Debemos practicar posturas acorde con nuestro nivel y siempre con cuidado evitando provocarnos lesiones. Si eres principiante, es muy importante aprender lo básico, aprender a respirar correctamente, estiramientos, relajación y las posturas más fáciles.
6.      Crea una atmosfera agradable y tranquila. Puede encender velas, unas varillas de incienso, poner música relajante en incluso decorar la habitación con imágenes y objetos que le transmitan sensación de paz y tranquilidad.
7.       Se paciente y constante. Los beneficios que te reportará la práctica del yoga serán muchos pero nada se logra en dos días. Se constante y reconoce cada cambio que experimentes por pequeño que sea. Ya sea mantener el equilibrio, avanzar un poco más en una flexión, si tratas de hacer un poco más cada día te sorprenderás lo rápido que cambian las cosas.
8.       Consigue material para la mejora de tu práctica. Puedes adquirir dvd´s o libros para aprender a ejecutar correctamente las posturas e ir añadiendo mayor variedad a tus rutinas. También puedes optar por la compra de cursos online en los que además de recibir una formación programada en la que iras aprendiendo la correcta ejecución asanas desde las más fáciles a las más avanzadas podrás tener a tu disposición a un profesor para que te resuelva las dudas que se vayan presentando.
9.       Crea rutinas variadas. Escucha a tu cuerpo y presta atención a sus necesidades. A veces, tu cuerpo necesita una práctica tranquila y reparadora y en otras te pedirá algo más dinámico y vigoroso. Esto también te ayudará a no aburrirte, ya que si estableces una sola rutina seguramente llegarás a cansarte.
10.   Meditar. No te olvides de tomarte un tiempo después del entrenamiento para meditar y relajar la mente y el cuerpo. Hay muchas formas de meditación, prueba algo sencillo, como sentarte con la columna recta, los ojos cerrados y concentrado en la respiración. Los beneficios de la meditación son innumerables, desde bajar la presión arterial a la mejora del estado de ánimo.
El yoga nos puede ayudar a mejorar nuestro estado de ánimo, eliminar pensamientos negativos y aumentar nuestra paz y tranquilidad mental, por lo que nos ayuda a sentirnos más felices y enfocados en algo positivo, el presente, y así dejar de preocuparnos por adelantado por cosas que nunca ocurrirán y por aquellas que ya pasaron y por las que ya poco se puede hacer más allá de mantener la calma y pensar positivamente.



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Entrénate Para Subir; Haz Yoga

Publicado por JajB

La escalada es un deporte, e incluso para muchas personas una filosofía de vida, en la que sin duda juegan un papel fundamental la salud física, mental y espiritual del escalador. Y es por esto por lo que el yoga se convierte en el complemento perfecto para el entrenamiento de la escalada, ya que tanto en una disciplina como en la otra se necesita fuerza muscular, flexibilidad, resistencia, equilibrio, concentración y serenidad.
Las asanas son posturas que vamos adoptando y manteniendo de una forma lenta y consciente y con una actitud mental positiva, relajada y concentrada. La respiración es fundamental, debemos mantenernos conscientes de ella todo el tiempo, procurando que sea fluida y cómoda. Debemos aprender a coordinar la respiración con el movimiento para reducir el esfuerzo al ejecutar la postura y para mantenerla.
No resulta difícil ver la similitud que existe entre la ejecución de una asana y los movimientos que se realizan durante la escalada, debemos tener fuerza física y resistencia suficiente para poder mantenernos en cada paso y pasar al siguiente. Igual ocurre con la concentración, la debemos mantener al máximo para ejecutar nuestros movimientos de la forma más segura y eficaz posible. Una actitud mental positiva y relajada nos ayudará a no quedarnos bloqueados por el miedo o la ansiedad. Una correcta ejecución de la postura supone entrar, mantenerse y salir de ella con la misma armonía y concentración que requiere avanzar de un paso a otro en una subida.
El yoga también trata el control de la respiración o Pranayama que te enseña a inhalar y exhalar de varias maneras para que el cuerpo sea capaz de absorber más oxigeno y eliminar toxinas. Como hemos apuntado mas arriba un escalador debe dominar el control de la respiración, ya que un cambio brusco en el ritmo de la respiración o la interrupción de la misma puede resultar en la interrupción de la concentración y de la tensión muscular. En la ascensión tanto los músculos como el cerebro deben permanecer bien oxigenados por lo que el control de la respiración es muy importante para el escalador y este control puede lograrse con la práctica del pranayama.
 Por último hablaremos de las bondades que la meditación yóguica ofrece a la práctica de la escalada. En primer lugar aclarar que la meditación no tiene nada que ver con la magia ni con el esoterismo, es un conjunto de técnicas que hacen uso de lo que tenemos (mente, sentidos y cuerpo) para establecer una comunicación entre nuestra mente y nuestro cuerpo. Algunos de los innumerables aportes de la meditación son la reducción del estrés y la ansiedad, aumento de la habilidad cognitiva (capacidad de analizar y comprender la información), mejora el estado de ánimo, aumenta la energía y la eficiencia, reduce el ritmo metabólico, cardiaco y respiratorio, disminuye el lactato en la sangre (el lactato está relacionado con la ansiedad y la tensión),… Al igual que antes es fácil y rápido apreciar la mejora sustancial que podemos experimentar en la roca si somos capaces de reproducir todos estos efectos.
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Un saludo y buen karma.

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